HALLOWEEN

lunes, 8 de febrero de 2016


La noche era propicia, se incorporó de su lecho, sus entumecidos huesos chirriaron como las ruedas de una locomotora vieja.
La luna llena mostraba su cara redonda incitándole a dar rienda suelta a sus peores instintos, las farolas de queroseno titilaban a merced del gélido viento.
Cubierto por su capa negra deambulaba por las calles desiertas, en sus genes llevaba escritas la perversidad, la lujuria, muerte.
Por fin una puerta abierta, una sombra escurridiza, un alma de la noche asoma su espeluznante rostro, mira a uno y otro lado, es el momento, en escasos segundos se confunde en las tinieblas.
Era su ocasión, estaría sola, decidido empujo la puerta y sigilosamente se embutió dentro. El silencio era sepulcral, nada ni el mas insignificante ruido, anduvo despacio deteniéndose en cada paso, al abrir la tercera puerta la vio, allí estaba tumbada sobre una cama blanca como la cera cama, quieta, inmóvil. Era linda, de labios rojos como pétalos de rosas expuestas al fresco rocío de la mañana, avanzó hacia ella, su primera intención fue amarla, poseerla, estrecharla junto a su cuerpo y devorarla, pero sus necesidades eran otras, se inclino sobre ella y con ansia la atrajo y mordió su frágil cuello.
De pronto sintió un rechazo, su boca experimentó una extraña sensación, trago saliva, un sabor a goma le llegó hasta los intestinos, con cara de asombro se incorporó, retrocedió unos pasos y salió corriendo como alma que lleva el diablo, en segundos se dio de bruces con el frio gélido de la noche las calles seguían desiertas, la muerte ronda.
A. RUEDA

 Nuestro Escritor del mes

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Nuestro Escritor de este Mes: Ken Follett
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